BATALLITAS -2

BATALLITAS DEL ABUELO RELATO Nº 2

LOS LAGARTOS

Tenía mas o menos 6 años, y recuerdo lo que ocurrió por hacer
lo que hacen los niños.
Estaba mi padre cargando el carro de centeno en la tierra de valdirón, yo refugiándome del sol que apretaba de lo lindo, tras una escoba de gran tamaño cerca de la escombrera de la mina, veo un lagarto y no se me ocurre otra cosa que tirarle piedras, el lagarto en lugar de huir se queda defendiendo su territorio y se hace fuerte en el camino de salida.
En esto mi padre termina la carga del carro, y se dispone a iniciar la marcha de regreso, cuando observa que las vacas no quieren
comenzar a andar, y ve al lagarto sobre las patas de atrás levantado en ademán de ataque como si estuviera enfurecido, decidió esperar y no intentar espantarlo pues pensó y esto me lo dijo después; si fuerzas a un lagarto enfurecido lo mas probable es que te muerda, y si te muerde arranca el bocado tanto si el ataque sé producía hacia nosotros como si era hacia las vacas el resultado podía ser el mismo nosotros podíamos reaccionar con cierta rapidez y evitar el ataque pero si este era hacia las vacas estas podían salir en estampida y volcar el carro con la posibilidad de accidentarse las vacas. Ante lo visto decide esperar a que se calme el lagarto sin intentar forzarle a dejar el camino.
La estrategia funciono pues unos 15 minutos después el lagarto deja su postura y abandona voluntariamente el camino con lentitud ante lo cual momentos mas tarde decide comenzar la andadura ahora sin la oposición de las vacas y todo lo demás transcurre con toda normalidad.
Yo aprendí la lección y esto evito que transcurridos muchos años de
esto y recordando lo sucedido salvara la situación en otro caso y con otro lagarto.
Este segundo caso se dio en las eras cuando iba de paseo con mi hija de 8 años estábamos caminando a la altura del senderín de las linares cuando escuchamos unos chillidos que procedían de unos zarzales en la era, nos acercamos despacio a ver que animal era el que estaba chillando, y a unos tres metros de distancia, vimos un lagarto de gran tamaño que tenia a una mostolilla agarrada entre sus dientes, quien chillaba era la mostolílla.
El lagarto advirtió nuestra presencia y queriendo defender su caza nos quiso hacer frente, abriendo la boca hacia nosotros con ademán de ataque, al abrir la boca. la mostolilla se vio libre y comenzó su huida dejando al lagarto enojado con nosotros como haciéndonos responsables de su perdida; Yo recordé el suceso de hacia muchos años antes y cogiendo a la niña en brazos, comencé a caminar despacio hacia atrás, sin perder de vista al lagarto en su actitud ofensiva, por si decidía atacar en la mano llevaba un bastón; Una vez en el camino y perdida la vista del lagarto pose a la niña y continuamos el paseo no sin antes advertirle de lo ocurrido y hacerle entender como hay que actuar en casos como este para evitar ser atacados por un lagarto el
cual si muerde, no suelta hasta que arranca el bocado, y la única forma de hacerle soltar es quemarle con fuego, para conseguir que abra la boca, de otra manera no la abre.

,,

¿Qué periódico quieres leer hoy?

 

En Leon Farmacias de guardia,Horarios, cine, libros ...

,

,